Da lo mismo si hay que viajar un par de horas en bus o al día siguiente quedar sin voz por haber gritado con fuerzas durante un partido; muchas barras han sido las coprotagonistas de esta semana, dando fuerzas a los deportistas que representan a sus colores.

"Cuando el equipo va mal, ¿qué pasa? Su hinchada lo hace ganar", es uno de los muchos gritos de aliento que hemos escuchado en los diferentes encuentros durante la realización de estos XXXI JNMM, y cómo no, si son las barras, las que están siempre presentes, entregando energía a los equipos de su colegio en todo momento.

Con respecto a la pregunta qué les motiva a participar de las barras, los jefes de éstas nos dieron algunas declaraciones. Uno de los que respondió a esta pregunta fue Rodrigo Vargas, jefe de la “Marea Azul”, la barra oficial de la Fundación Diego Echeverría (FDE), en conjunto con el “Diablo Rojo”, conformada por alumnos del área eléctrica del colegio. “En el Diego Echeverría, los alumnos más grandes incentivan a los más chicos desde que están en media a apoyar a nuestro colegio. Más que nada es un amor fraterno el que nosotros tenemos, un amor a la insignia, y buscamos siempre apoyar aunque se pierda o se gane. La idea es alentar a los chicos, que se sientan como en casa”, sostuvo.

Uno de los alumnos del Colegio Champagnat de Villa Alemana (CCH), Raúl Pino, también dio su parecer al respecto. “La idea es venir a apoyar a los chiquillos que se han esforzado todo el año entrenando, poder darles un poco de energía, alentarlos para que no pierdan ánimos. Si se sienten “bajoneados” estar ahí, entregarles motivación siempre, pasarlo bien con los competidores y disfrutar de poder ver buen deporte”, agregó.

Los deportistas, especialmente los ex olímpicos, son los que con mayor motivación participan de las barras, ya que saben exactamente cómo los gritos de aliento de éstas afectan a los competidores. Así lo mantuvo el jefe del “Huracán Amarillo”, la barra oficial del Instituto Rafael Ariztía, Javier Tobar. “Yo siempre fui deportista, y ya con el correr de los años me di cuenta que para mí, como deportista olímpico, era súper importante la barra en el desempeño de uno. Yo soy atleta, y las veces que he ido a competir y estaba la barra, me daba de algún modo un push, más energía. Era la idea de no sólo estar representando a mi deporte, sino de representar a todos estos alumnos que vienen a apoyarnos. (…) El mismo sentimiento que nos transmitió la barra cuando éramos olímpicos, queremos transmitirlo este año”, agregó el quillotano.

Organizar y mover una barra no es cosa fácil, de esto sabe muy bien el profesor Álvaro Zúñiga, profesor y jefe de barra del IOH. “El equipo de trabajo para la barra lo conformamos a principio de año, y durante éste vemos las necesidades que tenemos. Ha habido años en los que hemos tenido que trabajar más que otros. (…) Con tres meses de anticipación, con reuniones y demás, podemos programarnos para todo lo que implica. (…) Lo que más me motivó fue el cariño que tengo por el colegio. Yo llevo más de la mitad de mi vida aquí, por lo que quiero al colegio, quiero la insignia, y obviamente me importa que ganen, pero el motivo principal fue el cariño, además de entregar energía a los alumnos”, manifestó el profesor.

Las barras han demostrado ser un factor característico en cada uno de los Juegos Maristas, con su aliento ferviente y apoyo fundamental logran entregarle fuerzas a los deportistas, estando con ellos en las derrotas, pero aún más importante, en las victorias.


Fotografías: Claudia Arias, Catalina García, Ivette Bravo y Alexandra Carrasco.